lunes, 3 de junio de 2013

IDENTIDADES FEMINISTAS DE LA POST GUERRA

¿Qué es la identidad?. Nos dice una acepción de Charles Taylor, filósofo e intelectual canadiense: “Identidad es  lo que uno es, son las características definitorias fundamentales como ser humano”. Estas características pueden basarse en el cuerpo, la nacionalidad, la cultura, la etnia, los valores, la orientación sexual, o todo esto junto. “Esto abarca quienes somos, de dónde venimos,  es el trasfondo donde nuestros gustos, deseos, aspiraciones y opiniones adquieren sentido”, concluye Taylor.
Manuel Castel nos expresa que Identidad es sentirse en casa con otras personas con quienes se comparte la identidad. Y, según las encuestas internacionales, para la mayoría de la gente es un sentimiento importante, sobre todo en un mundo globalizado en el que flujos de poder, de dinero y de comunicación hacen depender nuestras vidas de acontecimientos incontrolados y decisiones opacas. La pertenencia a ese algo identitario proporciona sentido y cobijo a la vez, crea una práctica cómplice, un lenguaje común, un mundo propio desde el que se puede vivir con más tranquilidad el mundo de ajenidades”.
 La Identidad, puede ser definida como auto-identidad, cuando el sujeto o los sujetos se definen a si mismos: “somos salvadoreños o salvadoreñas“ y explicamos las características que nos califican como tales, “somos feministas y luchamos por los derechos de las mujeres”, “somos homosexuales, nuestra orientación sexual debe ser respetada porque aportamos al desarrollo del país”, “somos afrodescendientes salvadoreños”, “somos judío-salvadoreños”, “somos mexicano-salvadoreños”, etc.
La identidad puede ser también designada por los otros: “son salvadoreños”, “son feministas”, “son homosexuales”. “son afrodescendientes”, “son efemelenistas”.  Estas designaciones pueden conllevar prejuicios y cargas simbólicas negativas para el grupo que es identificado: “Las feministas son amargadas, son lesbianas y odian a los hombres”, “los salvadoreños son delincuentes y mareros”, “los efemelenistas son caóticos, no saben gobernar, son destructores”, “las mujeres son sentimentales, amorosas, y les gusta hacer tareas domésticas”, “los indígenas son haraganes”. La hetero-designación desde los otros está pues en estos casos cargadas de prejuicios.
Pero puede existir la “falsa identidad” y es cuando asumimos una imagen inducida de nosotras y nosotros mismos denigrada e inferiorizada, por ejemplo la imagen despectiva sobre nosotras mismas que las mujeres hemos asimilado por centurias y que tiene como consecuencia una pobre autoestima y una sumisión subjetiva, resultado esto de cómo el poder patriarcal designa el lugar que le corresponde a las mujeres en la sociedad, en desventaja con el colectivo masculino.
Las identidades son procesos definidos individual y colectivamente, en diálogo con otros y otras, en procesos históricos y prácticos, en relación con el entorno. Las identidades también son porosas, son flexibles, se intersectan unas con otras.

LA IDENTIDAD FEMINISTA EN EL SALVADOR
En El Salvador podemos hablar de una identidad feminista anunciada tempranamente por Prudencia Ayala en los años 20 (figura emblemática por la lucha de los derechos de las mujeres) y  quien a través de sus escritos y propuestas políticas expresa su descontento por la situación subordinada de las mujeres y  propone el cambio de esta situación. Posteriormente otras mujeres reivindicaron derechos económicos y políticos para las mujeres. Sin embargo es a mediados de los ochenta e inicio de los noventa que podemos decir que este cauce se enriquece y ensancha con más mujeres quienes se autodefinen como feministas. Una de estas pioneras es Norma Virginia Guirola de Herrera comunista y feminista que funda en los ochenta la primera organización de mujeres en los 80’s el Instituto de la mujer –IMU-. Mélida Anaya Montes y muchas más mujeres que con su participación en la lucha revolucionaria nos visibilizaron. Las mujeres revolucionarias, con su práctica estaban poniendo en ejercicio el derecho en la participación política también las mujeres que lucharon a través de la poesía como las poetas Leyla Quintana, Lil Milagro Ramírez y Delfina Góchez.

LAS FEMINISTAS DE LOS OCHENTAS Y NOVENTAS
La lucha revolucionaria, si bien había significado para muchas mujeres romper con un rol tradicional de “madresposas”, una vez terminada la guerra, las mujeres se reinsertan para continuar con la tradición y el conservadurismo de mujer para la casa y el hombre para el mundo público. Así lo expresa un estudio de la “Fundación 16 de Enero”: “antes de la guerra, el 57% de mujeres entrevistadas afirmaban que trabajaban fuera del hogar, mientras que un año después de los Acuerdos de Paz, el 95% se dedicaban al trabajo doméstico”. Un 30% de los desmovilizados eran mujeres. Un 11% de los beneficiarios de tierra un 30% fueron mujeres. Las mujeres pues fueron parte fundamental de la lucha revolucionaria, desempeñando distintos roles, muchos de ellos reproducían los roles tradicionales de cocineras y personal de servicio.

EL ESCENARIO
Un escenario inédito para el florecimiento de diversas identidades fue el que surge a partir de los Acuerdos de Paz, en 1992, pues si bien antes existían identidades colectivas como las organizaciones sociales, la asociación de indígenas, los trabajadores de la cultura, algunas organizaciones de mujeres y otras, estas eran estandarizadas y uniformadas en la categoría de “lo popular”. Por el lado gubernamental, se concebía una sociedad uniformada en clave masculina, mestiza, heterosexual, cristiana y conservadora.
Además de la represión, las desigualdades de clase y el autoritarismo, la sociedad salvadoreña encarna la cultura patriarcal, basada en el dominio de los hombres como género sobre el colectivo de mujeres, con consecuencias de desigualdad para las mismas. Desde la familia, la iglesia, la escuela, las leyes, se promueven visiones y acciones discriminatorias hacia las mujeres, instalando un sistema de desigualdades basada en el género de las personas. La violencia contra las mujeres era vista como natural, y existían mínimas regulaciones para sancionarla. Hasta mediados de los 90’s las mujeres contábamos con una nueva ley que nombra la “violencia intrafamiliar", el nuevo Código de Familia como normativa, que nos reconocía ciertos derechos en la familia.  Los gobiernos dictatoriales y las dictaduras civiles promovieron la imagen de la mujer en la familia, imagen que fue remozada por los gobiernos civiles de ARENA. En 1993, sólo el 53% de mujeres y hombres utilizaba anticonceptivos, y sólo el 33% de la población pobre tenía acceso a ellos[1].
Las inequidades de clase y de género y otras, se han ido modificando en la medida de que actores sociales como el Movimiento de Mujeres y feminista, han movido los límites y han hecho mella en los muros de la desigualdad, promoviendo la organización y la conciencia de las mujeres que ha presionado por normativas y acciones nacionales y locales a favor de la igualdad entre mujeres y hombres.
Es a partir de 1992, que se despliegan identidades basadas en la autonomía  en relación a las organizaciones político militares del FMLN. Estas enarbolan demandas propias, las feministas jugaron un papel clave en la construcción y  el imaginario de las mismas.

LA IDENTIDAD. LO PERSONAL Y LO COLECTIVO
Son complejos los procesos que conllevan a construir o conformar la identidad de las feministas salvadoreñas a partir de los noventas,  en ésta, interviene la identificación de carencias, la desigualdad basada en el género, la discriminación y como corolario la propuesta y la lucha por el cambio de posición y condición de las mujeres.
Un primer elemento importante en la conformación de la identidad feminista, es reconocer como la realidad de discriminación se manifiesta en la propia vida personal, se establece pues un diálogo personal, consigo misma.
Nos dice Gilda Parducci feminista salvadoreña: “Me inquietaba ya el tema de las mujeres, la vivencia como mujer misma me va generando situaciones de disconformidad con la realidad. Por ejemplo a mí nunca me cuadró por que cuando yo me casé, yo era la que tenía que dedicarme de lleno a cuidar a mis hijos e hijas, a cuidar de la casa o arreglar comida, mientras que la otra parte se seguía formando profesionalmente”
Otra feminista Candelaria Navas expresa. “El día que cumplí 30 me hice la pregunta y me respondí: No me gusta, no me gusta sentirme sola!  Sentir que no tengo apoyo. No puede ser, y si mi papá se da cuenta de esto…empecé a analizar que hay que compartir la educación de los hijos; y también tomé la decisión de no tener más hijos, porque todo eso es parte de la liberación”.
El feminismo cuestiona y enfrenta el modelo de género tradicional, no sin consecuencias para los varones. En los hombres el impacto se evidencia en la nostalgia del rol del dominio y privilegios tradicionales masculinos. El desconcierto, los conflictos de pareja por la redistribución del poder, y de la autonomía de las mujeres
“El piensa que la mujer es para que cuide al hombre, que debe pedirle permiso para ir a miar, para todo” nos dice Inés  Avilés, campesina organizada  que se reconoce feminista y aparece en el libro “Soy feminista y qué” de Sandra Moreno.
 Otros, una minoría comienzan a cambiar sus prácticas en función de la igualdad. Gilda Parducci expresa: “yo empiezo a cambiar totalmente y él intenta cambiar por ejemplo asume la corresponsabilidad en las tareas de la casa”
La identidad de las feministas, es dialógica en tanto que se construye personalmente pero también en diálogo con las otras y los otros, hay una dimensión personal y una dimensión colectiva de la identidad que se interconectan.
Morena Herrera lo expresa de manera diáfana: “Todas veníamos de una participación de izquierda por años, entonces…cuando nos juntamos con las otras y empezamos a reflexionar, eso tomó otra dimensión, ya que siendo en un principio problemas individuales de cada quien, ahí había entre las diferentes historias personales (de subordinación y  discriminación) un hilo común que nos vinculaba”. Estas mujeres posteriormente fundaron la Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida, Las Dignas.
Cuando las identidades se vuelven colectivas conformas categorías sociales: Las feministas salvadoreñas.
A principios de los noventas, muchas mujeres que forman parte de las actuales organizaciones de mujeres y feministas, compartieron sus vivencias y experiencias de la lucha revolucionaria y la guerra haciéndolo desde una lectura feminista, identificando desigualdades de género, discriminación, violencia, poder desigual entre mujeres y hombres, y llegaron a la conclusión que las organizaciones revolucionarias eran sumamente patriarcales, muchas de ellas se retiraron de la militancia revolucionaria.
La búsqueda de autonomía ideológica y política fue un factor fundamental para construir estas nuevas identidades: “No podíamos surgir atadas a partidos, porque no íbamos a poder trabajar. Nosotras no somos personas que podemos vivir subyugadas, ni en lo privado ni en lo público, esto es determinante, y se tuvo que reconocer que no estábamos atadas a un partido, para presentar reivindicaciones que estuvieran dentro de una Plataforma”, sostiene Yolanda Guirola, fundadora de CEMUJER.
En los ochentas, la ola feminista iba en ascenso en América Latina, su teoría y práctica alcanzan a muchas de las futuras militantes feministas. Fue asimismo un tiempo para leer, conocer mujeres feministas mexicanas, españolas, salvadoreñas en el exilio, ellas hacían críticas a la misma izquierda.
El feminismo, fue un hijo no deseado de la revolución, pues  al menos de los 70 en adelante, las feministas de casi todo el mundo, provienen de las filas revolucionarias. Sin embargo en este período las feministas son hijas no reconocidas de la revolución.
Las feministas surgidas de las filas de la guerrilla, el movimiento popular, el exilio y algunas extranjeras sentaron las bases para que una corriente política innovadora creciera en el país. La formación de las feministas se nutrió  del aporte de mujeres como Clara Murgalday, vasca, Marcela Lagarde, mexicana, Alda Facio, costarricense, Julio Soro, francesa, entre otras.
Las Mélidas en su memoria de sus 20 años de existencia lo plantean así: “Nuestra primera maestra  fue Clara Murgalday, feminista vasca. Con ella aprendimos nuevos conocimientos, categorías y conceptos como el de discriminación hacia las mujeres, desigualdad entre los géneros, construcción social de los géneros, etc. “
 La realización del VI encuentro feminista de América Latina y el Caribe fortaleció voluntades y lazos entre feministas. La elaboración de la Plataforma de las mujeres salvadoreñas, Mujeres 94, fue el resultado de ese entusiasmo y compromiso político feminista.

 CLAVES QUE APORTA LA IDENTIDAD FEMINISTA A LA SOCIEDAD EN EL PAIS

Una cuestión fundamental que aporta la teoría y práctica feminista es el abordaje de la realidad de las mujeres, sus necesidades, condición y posición, desplazando así al sujeto universal masculino como centro de la realidad salvadoreña en la que no nos veíamos reflejadas. Esto se refleja en todos los análisis realizados abarcando y problematizando las distintas dimensiones en que nos movemos las mujeres: la economía, la política, lo social, lo cultural, lo espiritual.
Visibilizar a las mujeres como diversas y plurales, no existe la mujer, somos mujeres campesinas, obreras, de clase media, lesbianas, políticas, empleadas, amas de casa, trabajadoras sexuales, etc.
Ha sido otro aporte desde el feminismo, así como entender que hay diversidad de familias, no solo la mononuclear.

Otro aporte importante es abordar la centralidad del cuerpo de las mujeres, su autonomía, su derecho al placer, a la definición propia de la identidad sexual, al control de la reproducción, a la maternidad libre y voluntaria. La sensualidad y el erotismo.  Así lo personal se politiza. El cuerpo como primer territorio a liberar, transitar del empoderamiento privado a lo público.
Una cuestión central del feminismo ha sido  validar la subjetividad de las mujeres como fuente de reflexión y conocimiento. Así como promover procesos de sanación para la sique dañada de las mujeres a raíz de la cultura patriarcal.
Las feministas han denunciado la opresión, la violencia contra las mujeres, las desigualdades de trato entre mujeres y hombres, el androcentrismo en la política, la invisibilización de las mujeres en la historia, la academia, las artes, etc. , consecuencia de las relaciones de poder desigual entre mujeres y hombres en la sociedad.  Pero no se han quedado allí y se han propuesto medidas, mecanismos y normativas para cambiar dicha situación.
Las feministas han cuestionado la “naturalidad” de los géneros y los han develado como construcciones maliciosas que perjudican a mujeres y hombres, oprimiendo a las primeras y deshumanizando a los segundos. Y ha propuesto la deconstrucción cultural de los géneros para arribar a nuevos modelos de relación igualitaria.
Las feministas han promovido una cultura de No Violencia no solo y como parte central de sus estrategias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres,  sino todo tipo de violencia, incluida la callejera, no digamos un golpe de Estado.
Las feministas promovieron, fortalecieron y  ensancharon las organizaciones de mujeres que suman ahora más de 450 a nivel local y 14 organizaciones a nivel nacional. Han creado redes para la acción social transformadora en el terreno político, de la salud, del desarrollo local, de la No violencia. Han aportado a la política y la academia, las artes y la ciencia.
Las feministas han cuestionado el autoritarismo de una democracia carenciada, sus métodos, procedimientos y valores.
Han aportado a la cultura con la recuperación de la memoria histórica de las mujeres salvadoreñas y la conmemoración de fechas emblemáticas como el 25 de Noviembre, día internacional de la no violencia contra las mujeres, el 8 de Marzo, día internacional de las mujeres, el 28 de Septiembre, día internacional de la despenalización del aborto, el 28 de Junio, día del orgullo lésbico y gay entre otras. Se ha incorporado a los movimientos sociales creatividad, humor e irreverencia.

TENSIONES MOVIMIENTO DE MUJERES Y FEMINISMO

Algunas tensiones en el Movimiento de mujeres con el feminismo son:

Lesbianismo y Feminismo
Las lesbianas son el proletariado del feminismo. Dicen las mismas lesbianas: “Las Lesbianas son el lado oscuro del feminismo”. Las lesbianas se están organizando por la discriminación de la sociedad y del movimiento de mujeres.


Aborto
No todas las mujeres del movimiento de mujeres están a favor de la interrupción voluntaria del embarazo. Crea tensiones aún dentro de las mismas feministas.
Enfoque heterosexualizado del derecho de los derechos sexuales y reproductivos.

Las desigualdades de clase
A veces se obvia dentro del movimiento. Todas somos mujeres y vivimos violencia. Vimos el caso de la Sra. De Samayoa, mujeres de clase alta hasta los sectores populares sufren la violencia. Pero también vemos diferenciaciones de clase, nos impacta de manera diferenciada a la hora de vivir nuestros derechos
Los Antagonistas
La Cultura Patriarcal manifiesta en las estructuras de poder: las familias partidos políticos iglesias, manifestaciones fundamentalistas. Tenemos que identificarla e irla deconstruyendo.
-          Grupos Anti derechos como Si a la Vida.
-          Jerarquías de algunas iglesias como la católica y por eso promovemos la necesidad de un estado laico. Un estado que respete las creencias y que no asuma la defensa de una o algunas iglesias en particular.
-          Neoliberalismo y capitalismo. Los gobiernos de derecha en el país han seguido medidas orientadas en empobrecer a la gente.
LAS ALIANZAS
-          Con todas las organizaciones y sectores sociales que podamos enfrentar tanto la opresión de clase como la opresión de género.
-          Con algunos gobiernos
-          Con el FMLN
-          Con el grupo parlamentario de mujeres, muy importante para el desarrollo de las leyes marco sobre Igualdad y No violencia hacia las mujeres.

IDENTIDADES FEMINISTAS DEL SIGLO XXI
De manera coloquial nos referimos a las feministas de los ochentas y noventas como las feministas históricas, la mayoría de estas militan en las organizaciones de mujeres. Pero en la segunda década del Siglo XXI, otras identidades feministas se manifiestan, así tenemos:
Las mujeres jóvenes feministas: algunas son menores de 18 años y ya están sensibilizadas sobre temas como el acoso y el abuso sexual, los derechos sexuales y reproductivos, los derechos de las mujeres a la educación, la salud, la participación política, entre otros derechos.
Las  lesbianas feministas jóvenes y adultas: Revindican su lesbianismo, cuestionan la heterosexualidad obligatoria, lo hacen visible, lo politizan, sacándolo de lo privado. Promueven relaciones de horizontalidad, apoyo  y hermandad entre ellas.
Las sindicalistas feministas: Son mujeres de trayectoria obrera que luchan por la igualdad en la participación sindical, contra el acoso sexual, recuperan la memoria de las mujeres sindicalistas y revolucionarias, sensibilizan a mujeres y hombres sobre la necesidad de deconstruir identidades patriarcales y construir relaciones no opresivas entre mujeres y hombres.
Las expresiones culturales de jóvenes feministas: Malabares de fuego, performance denunciando la violencia contra las mujeres, body art y estatuas simbolizando la libertad, la opresión, el placer, la libertad.
Las académicas feministas: Investigando, como docentes promoviendo la deconstrucción de las identidades patriarcales en jóvenes mujeres y hombres.
Las feministas de Estado: Aportando como funcionarias desde distintas profesiones en las instituciones del Estado: Asamblea Legislativa, ISDEMU, ministerios, autónomas, etc.
Las teólogas feministas: Mujeres que cuestionan las lecturas androcéntricas y patriarcales de los libros sagrados como la biblia y los mandatos eclesiales.

EL DESAFIO:  FEMINISMO Y CULTURA
Jurgen Habermas, teórico de la democracia expresa que: “El feminismo no es asunto de una minoría, se dirige no obstante contra una cultura dominante que interpreta la relación entre los sexos de un modo asimétrico que excluye la igualdad de derechos…Ni la comprensión que en clave cultural las mujeres tienen de si mismas, ni su contribución a la cultura común encuentran su debido reconocimiento. Bajo las definiciones dominantes tampoco cabe articular de manera suficiente las necesidades femeninas” …“Por ello, la lucha política por el reconocimiento se inicia como una lucha por la interpretación de las aportaciones y de los intereses específicos de las mujeres. En la medida en que esa lucha tiene éxito, cambia junto con la identidad colectiva de las mujeres también la relación entre los sexos y acaba directamente afectada la comprensión que los varones tienen de si mismos. El catálogo de valores de la sociedad en su totalidad se pone en discusión; las consecuencias de esta problematización penetran hasta en la esfera privada y afectan también a los límites establecidos entre las esferas pública y privada”
La propuesta es una revolución cultural, donde haya hombres y mujeres menos rotos, más plenos y humanos y en una relación de cooperación de igualdad, respeto y amor. Porque venimos a este mundo a ser personas amorosas, felices y pacíficas, esa es el idea. Y lo que hay es una cultura de desigualdades de género, de clase, de etnia que nos dividen y no nos permiten ser felices y a la vez no permiten que florezcan las diversas identidades en una sociedad que debería ser plural, diversa.

BIBLIOGRAFIA
Guirola de Herrera, Norma. La Mujer en la Revolución Salvadoreña. P. 200
Moreno, Sandra. Soy Feminista y Qué. Algier Impresores. San Salvador. 2006. P. 140
Murgalday, Clara, Vazques, Norma. Mujeres Montaña. Editorial Horas y Horas. España. P. 286
Navas, María Candelaria.“De guerrilleras a Feministas: Origen de las Organizaciones de Mujeres post-conflicto en El Salvador 1992-1995”. Segundo Encuentro Nacional de Historia. Julio 2007. P. 17
Taylor, Charles. Gutman, Amy. Walzer, Michael. Habermas, Jurgen. “El Multiculturalismo y la política del reconocimiento”. Editorial Fondo de Cultura Económica. EFE. México. 2009. P. 246.
http://www.iceta.org/mc061105.pdf Manuel Castells. La importancia de la Identidad.

 SILVIA ETHEL MATUS. POETA, FEMINISTA Y SOCIOLOGA.




[1]Population Reference Bureau.http://www.prb.org/SpanishContent/Articles/2009/PFAmCentralcerrarbrecha.aspx